jueves, 15 de julio de 2010

¡Yo no soy adicta a Internet! O sí??!

Nos cansamos de ver a diario seres humanos con múltiples adicciones, no sólo físicas sino también psicológicas, una de ellas es lo que se denomina el Trastorno Adictivo a Internet (TAI) y no dejo de pensar que es un problema grave, “Es una adicción que se detecta por comportamientos relacionados con la Red que interfieren en la vida normal de una persona, causando estrés severo a su familia, amigos y trabajo. Una persona que pasa horas al día frente al ordenador navegando por Internet, enviando correos electrónicos, negociando acciones, chateando o jugando puede considerarse un “ciberadicto” y, por tanto, necesita ayuda”.

A veces me pasa que trato de pensar en mi vida antes del Internet accesible para todos y juro que no lo entiendo, no entiendo cómo hacía los trabajos de la escuela, no entiendo cómo me comunicaba con la gente, no recuerdo cómo era la vida sin Facebook, hemos creado un nivel de dependencia altísimo y es que al llegar al trabajo mi primera acción luego de prender mi pc es abrir el msn y seguidamente el navegador con los marcadores predilectos, en fin internet es parte de mi rutina y de mi vida.

El incremento del uso de Internet en los últimos años es el principal factor de la patología que describí, y es que no logramos distinguir entre el uso y el abuso, y esta adicción se ha extendido a celulares, videojuegos,  entre otros. Internet se ha convertido en el espacio común de todos los niños, jóvenes y adultos con tiempo libre, adiós al parque, los deportes, los conciertos, los cines y los teatros, es más fácil acudir a internet y tenerlo todo a la mano, puedes comprar ropa, comida, artefactos, pagar cuentas, trabajar, vender, apostar, jugar, tener relaciones amistosas o amorosas, puedes tener mascotas y cualquier cosa que se te ocurra y es que internet ha reemplazado en muchos casos la “realidad” por “virtualidad”.

Autores como Greenfield definen factores que normalmente caracterizan a los usuarios de internet y que los hacen más susceptibles, una de estos aspectos es la intimidad demostrada en la web, donde los usuarios demuestran sus emociones, también la desinhibición, porque cuando la delgada línea de la web es cruzada, el usuario camina a sus anchas, es capaz de hacer cosas que jamás haría en la “realidad” y se comporta de manera diferente; se demuestran alteraciones en la personalidad real, hasta los casos de varias personalidades en la web, seudónimos desapegados a la realidad, avatares e imágenes falsas; perdida de la noción del tiempo, entre otros. También aparecen autores como Young y Rodgers que clasifican algunos tipos de trastornos en la web, así se destaca la adicción cibersexual, la adicción a las ciber relaciones [incluyendo chats, redes sociales, blogs, foros], compulsiones en la red [juegos, comercio electrónico, navegar por los websites] y los “vagabundos electrónicos” [aquellos que navegan sin ningún fin o meta, sólo por ocio].

Y al final pues cada quien está en el pleno derecho de pasar el día entero frente al computador si así lo desea, lo que para mí es lo preocupante del caso es el desplazamiento de una vida “real” por una vida “virtual”, hablo de salud física, mental, emocional.

El tema me afecta un poco ya que por mi trabajo paso mucho tiempo frente a la computadora, llego a la casa y la enciendo, me preguntó ¿es necesario? Si he pasado todo el día conectada a internet, con acceso a msn, correo electrónico, redes sociales y demás, por qué debo llegar a casa a hacer lo mismo, tengo amigos con los que chateo, pero miles de años sin verlos y aunque es buenísimo mantener el contacto, sería aún mejor verlos de vez en cuando y no sólo los iconos que me envían. En mi caso prefiero vivir en mi “realidad” y complementar con la “virtualidad”, estoy bien así, sólo me preocupo por las personas que sufren de estos trastornos y ni se dan cuenta.

Espero que no formes parte de ese grupo, y si es así para toda adicción hay solución, sal a tomar aire fresco y aléjate del computador, ese sería un buen primer paso.

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